Supongamos por un momento que eres un neurocirujano y estás a punto de entrar a quirófano para realizar una cirugía de cerebro ¿Qué tanto sabes sobre este fascinante, pero extremadamente complejo órgano?
Por lo general, conocemos que es muy importante, desde pequeños nos han enseñado que hay que cuidarlo, evitando golpes en la cabeza, por ejemplo. Sabemos que es el responsable de nuestro pensamiento, de procesar toda la información que percibimos del mundo y que a través de él pasan todas las funciones de nuestro cuerpo.
Sí, el cerebro es el órgano más importante; hemos dicho que es el ¨gran comandante” porque efectivamente es él quien comanda todas las acciones y funciones de nuestro organismo. Sin embargo, hay mucho que desconocemos realmente de él, de todo lo que hace y cómo funciona.
Por eso hoy como apertura al mes del cerebro, hemos querido compartir algunas de sus características más interesantes y muchas veces desconocidas.
Hablemos sobre neuronas
Probablemente hemos escuchado que las células del cerebro se denominan neuronas, pero no es del todo así. También existen neuronas en otras partes de nuestro cuerpo, como la médula espinal y además existe muchísimos tipos de neuronas, cerca de unos 10 000 diferentes, cada uno procesa distintos tipos de información.
En sí las neuronas son las células del sistema nervioso, del que forma parte nuestro cerebro pero que también incluye a nuestra columna vertebral y a todos los nervios que se distribuyen por el cuerpo. Un dato fascinante es que los estudios demuestran que tenemos cerca de cien mil millones de neuronas en nuestro cerebro.
Puede parecernos que son muchísimas, pero debemos recordar que el cerebro se encarga de todos nuestros procesos mentales, por lo que necesitamos todas y cada una de ellas. Algo que por lo general desconocemos es que las neuronas no son el único tipo de células del que está compuesto nuestro cerebro, también existen la células gliales, que son las que se encargan de cuidar de las neuronas, las nutren, las sostienen y mantienen su equilibrio.
El cerebro no siente dolor
Si bien el cerebro es el responsable de procesar la información que envían los receptores de dolor que tenemos en el resto del cuerpo, el cerebro en sí mismo no es capaz de sentir dolor. Cuando sufrimos algún golpe o herida, los receptores de dolor que tenemos por todo el cuerpo se activan y envían un impulso que viaja a través de la médula espinal hasta el cerebro y es entonces cuando este envía una señal de dolor.
Es por esto que en un cirugía cerebral la anestesia se coloca para que no se sienta dolor en el cuero cabelludo o en las membranas que recubren y protegen el cerebro, pero el neurocirujano puede manipular nuestro cerebro sin que eso nos provoque dolor alguno.
Produce electricidad y envía señales a 360 km/h
El cerebro produce electricidad, lo hace todo el tiempo, esa es la forma en la que funcionan y se comunican la neuronas entre ellas, enviando señales que generan una gran actividad eléctrica en el cerebro. Se estima que la cantidad de energía que produce podría ser suficiente para encender una lámpara pequeña. Por este motivo, uno de los exámenes que se utiliza en la neurología y neurocirugía para diagnosticar enfermedades o lesiones del cerebro es la electroencefalografía, que mide justamente la actividad eléctrica del cerebro.
Además, la velocidad a la que envía los impulsos es bastante alta. ¿Te ha pasado que ante determinadas situaciones actúas de forma tan rápida que te es difícil después recordar exactamente como sucedió todo? Esto se debe a que cuando nuestro cerebro piensa una acción pasa muy poco tiempo entre que la piensa y actuamos. Los neurotransmisores envían los mensajes a 360 kilómetros por hora, lo que se traduce en apenas unos milisegundos entre impulso recibido y el impulso cerebral. Por ejemplo, un estudio reciente realizado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) señala que el cerebro se demora apenas 13 milisegundos en procesar imágenes completas.
El cerebro está compuesto en su mayoría de agua y grasa
Es un dato conocido que nuestro cuerpo está compuesto en su mayoría de agua, cerca del 60%; sin embargo, en nuestro cerebro ese porcentaje aumenta, de manera que puede llegar a contener entre un 75 u 80% de agua. Es por esto que nuestro cerebro consume grandes cantidades de agua y que no consumir suficiente líquido afecta su correcto funcionamiento. Estar correctamente hidratados es vital para que permanezcamos mentalmente más ágiles, un cerebro deshidratado pierde capacidades y nos hace literalmente más tontos.
Por otro lado, si retiramos toda el agua de los 1.5 kilos que pesa el cerebro, el 60% del peso en seco corresponde a grasa. Esto lo convierte en el órgano más graso del cuerpo humano. Por eso es vital consumir grasas buenas, en especial los ácidos grasos del tipo Omega 3 que son de manera textual “alimento para nuestro cerebro”, ya que nos ayudan a mantener su habilidad de desempeño. Puedes encontrar este tipo de grasas de manera natural en alimentos como los frutos secos (nueces, almendras, avellanas, etc.) y en el salmón.
Todo nuestro cerebro funciona
Quién no ha escuchado alguna vez aquello de que usamos únicamente un porcentaje pequeño de nuestro cerebro y que si realmente usáramos todo su potencial podríamos hacer cosas increíbles.
Aquello de que solo utilizamos un 10% de nuestro cerebro es un mito. La realidad es que el ser humano utiliza todo su cerebro y, de hecho, es uno de los órganos que nunca deja de funcionar, ni siquiera cuando dormimos.
Es posible que esta aseveración errónea venga de una mala interpretación del hecho de que, como habíamos señalado antes, el cerebro se compone de células gliales y neuronas y se estima que por cada neurona (que tiene la capacidad de pensar) existen 9 células gliales de apoyo que sostienen a esta y la nutren. Puede ser que este sea el origen de este mito.
Usa el 20% de nuestra energía
El cerebro consume 10 veces la cantidad de energía que le correspondería de acuerdo a su tamaño. Este órgano representa apenas un 2% de nuestro peso corporal, sin embargo, utiliza el 20% de nuestra energía. Pero, es cierto que esto no suena tan descabellado si tomamos en cuenta la importancia de la labor que realiza.
El cerebro consume mucha energía debido a la gran actividad metabólica que lleva a cabo. Un estudio de la Universidad de Washington reveló que el 60 al 80% de la energía que consume el cerebro se destina a mantener la conexión entre las diferentes neuronas. La energía que sobra se utiliza para responder a la demandas del medio.
95% de las decisiones las toma tu cerebro sin avisarte
El cerebro funciona con tanta eficiencia que en la gran mayoría de veces ni te enteras de lo que está pasando, es decir tu cerebro toma decisiones de manera subconsciente. Esto quiere decir que eres realmente consciente de apenas el 5% de la decisiones que tomas. De esta forma se puede explicar por ejemplo que mires una publicidad de algo de comer y a los pocos minutos te encuentres con mucha hambre llamando a ordenar justo aquello que viste.
El abuso de teléfonos inteligentes está matando tu cerebro
Lo pondremos así: la evidencia científica sugiere que existe un impacto negativo en más de 140 proteínas distintas del cerebro causado por las frecuencias electromagnéticas que emiten los teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos. Por otro lado, un estudio publicado por la revista Clinical Neurophysiology señala que estar expuesto a una conversación de media hora a través de un dispositivo de 4G afecta la actividad neuronal. Esto sin contar el círculo de dopamina (gratificación inmediata a través de la sensación de placer que nos producen ciertos contenidos o interacciones sociales en el medio digital, que puede ser altamente adictivo).
Por ello, es necesario no abusar del tiempo de uso de los dispositivos inteligentes y fijar tiempos intencionales lejos de ellos. Sin duda, ahora que conoces un poco más acerca de lo fascinante que es el cerebro, si fueras neurocirujano, entrarías ahora a esa intervención quirúrgica con mayor admiración, respeto y con ganas de cuidar en su integridad este maravilloso órgano del cuerpo humano.
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