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Cirugía de Canal Estrecho Cervical

Mínimamente invasiva/ Neuroendoscópica

¿Qué es?

El canal estrecho cervical es la compresión que producen las estructuras óseas de la columna cervical sobre las estructuras nerviosas y su asociación concomitante de dolencias óseas, musculares y articulares.

¿Cómo se produce?

Nuestros huesos no son estructuras inertes o estáticas, están en constante moldeamiento y renovación a través de células que generan hueso (osteoblastos) y otras que lo reabsorben (osteoclastos). Así, los osteoclastos destruyen y reabsorben el hueso viejo o dañado, mientras los osteoblastos lo renuevan por hueso saludable.  Este proceso se hace mediante un programa genético que es susceptible de dañarse por enfermedades hereditarias, congénitas, autoinmunes, traumáticas y envejecimiento, entre las más importantes.

Una vez que se ha alterado este programa perfecto entre osteoblastos y osteoclastos, sobreviene un fenómeno degenerativo que conlleva cambios inflamatorios y estructurales en los huesos y articulaciones, que concluyen en la deformación de la columna con compresión de los nervios y la médula espinal y, consecuentemente, la producción de un canal estrecho espinal (estenosis espinal).

¿Cómo se manifiesta?

 Su manifestación principal es la debilidad en los brazos, que los pacientes relatan cómo: “me pesan los brazos, me cuesta dificultad el peinarme, se me caen las cosas de las manos”; en otras ocasiones, lo refieren como “me tiemblan las manos”.

Estas manifestaciones motoras van acompañadas de manifestaciones sensitivas que se constituyen en un dolor del cuello que se extiende a los miembros superiores desde los brazos hasta las manos; el dolor se extiende en toda la longitud del nervio afectado pudiendo llegar desde el cuello hasta la mano con un dolor frecuentemente sordo, profundo, constante, a veces con ardor, otras veces con sensación de helarse las manos y otras manifestaciones de dolor neuropático. Es frecuente que el paciente indique que se le amortiguan las manos, sobre todo cuando se “recuesta a dormir”, lo que muchas veces se confunde con el síndrome del túnel carpiano.

En lo posterior y por compresión de la médula, aparecen síntomas de canal estrecho lumbar.

¿Cómo se diagnostica?

Su diagnóstico requiere de tres parámetros: 1) el diagnóstico clínico, 2) el diagnóstico neurofisiológico, y 3) el diagnóstico de imagen.

El diagnóstico clínico se basa en la correcta interpretación de los síntomas y los signos que el paciente informa al médico y constituye el 80% del diagnóstico.

El diagnóstico neurofisiológico es la comprobación de los síntomas y los signos observados durante el diagnóstico clínico mediante exámenes como la electromiografía y los potenciales evocados, que nos permiten observar si hay o no lesiones de los nervios y cuál es su magnitud a través de gráficos y medidas matemáticas precisas, que virtualmente nos permiten ver los nervios.

Finalmente están los estudios de imagen, como la resonancia magnética y la tomografía, que nos permiten obtener una imagen anatómica de las lesiones; sin embargo, estas imágenes no son la última palabra y adquieren importancia solo al correlacionarse con los hallazgos clínicos y electromiográficos (además de otras pruebas neurofisiológicas).

¿Tiene cura?

No existe curación total, pues esta enfermedad compromete grandes territorios de la columna espinal, sin embargo existen tratamientos clínicos que pueden controlar gran parte de sus síntomas y tratamientos quirúrgicos que pueden mejorar en gran medida la función medular.

¿Cómo se trata?

En un principio, debe tratarse clínicamente como dolor mixto neuropático y somático osteoarticular mientras el electromiograma y los potenciales evocados de miembros inferiores no evidencien deterioro de los nervios implicados, que es cuando pasamos a la decisión quirúrgica.

¿Qué riesgos tiene?

Hay que considerar en forma general los riesgos inherentes al tratamiento y al no tratamiento:

  • Entre los riesgos del tratamiento tenemos la posibilidad de desarrollo de enfermedad ulcero – péptica (por ej. gastritis), por el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroidales, fármaco-dependencia leve en el uso de analgésicos opioides (su incidencia es muy baja) o lesiones neurológicas y osteoarticulares en el caso de cirugía (con los avances tecnológicos actuales su ocurrencia es mínima).
  • Entre los riesgos de no tratamiento tenemos:
  • La invalidez de causa osteoarticular en el caso de las espondiloartrosis y otras patologías deformantes de la columna.
  • La invalidez de causa neurológica:
  • En caso de lesión radicular por hernias de disco que llevan a pérdida progresiva de fuerza e incremento proporcional del dolor, que finalmente conducen a un confinamiento en silla de ruedas y dolor en miembros inferiores y, en casos severos, paraplejía.

Los riesgos inherentes directamente a la cirugía son:

  • La posibilidad de sangrado, que generalmente puede ser controlada durante la cirugía.
  • La posibilidad de infección.
  • La posibilidad de desarrollar una fístula de líquido cefalorraquídeo, pues los instrumentos quirúrgicos aun con un manejo cuidadoso pueden lesionar la duramadre y dejar escapar el líquido cefalorraquídeo que baña la médula y sus nervios en todo el trayecto espinal; de ocurrir, existen excelentes recursos quirúrgicos para resolverla oportunamente.
  • Finalmente, pueden ocurrir lesiones neurológicas como las antes descritas pero que, con la técnica neuroquirúrgica actual, son muy raras.

Técnica quirúrgica

Hasta hace algunos años no había una alternativa real para la enfermedad, sin embargo se han diseñado nuevas técnicas quirúrgicas que permiten resolver en gran parte el problema. Estas técnicas son: la disectomía más espondilectomía anterior, que consiste en sacar el disco intervertebral dañado y retirar los picos de hueso que invaden al canal por donde pasa la médula y a los canales por donde salen los nervios; la laminoplastia, que consiste en abrir el arco posterior de las vértebras a manera de bisagra y colocar puentes de titanio que amplíen el arco posterior y consecuentemente todo el diámetro del canal medular de las vértebras cervicales (ver cirugía Canal estrecho cervical en la imagen)

Todos los procedimientos de este tipo deben hacerse con monitoreo transoperatorio neurofisiológico.