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El 11 de abril se celebra el Día Mundial del Parkinson, con el objetivo de que la población tome conciencia sobre esta enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta actualmente a 1 de cada 100 personas y que se estima, podría afectar a 12 millones de personas para el 2030 (OMS).

Muchas veces al oír Parkinson, las personas piensan únicamente en temblores, pero lo cierto es que el Parkinson es mucho más que solo temblores; es una enfermedad degenerativa que afecta a ciertas células nerviosas productoras una sustancia neurotransmisora llamada Dopamina. Esta es la responsable de ayudarnos a mantener la coordinación y movimiento de nuestro cuerpo.

¿Cómo afecta el Parkinson a la columna?

La enfermedad de Parkinson genera daños neurológicos severos que dan lugar a una variedad de síntomas. Estos pueden variar de persona a persona; inclusive es posible que los primeros síntomas se presenten como leves y puedan pasar desapercibidos. Sin embargo, entre los síntomas más comunes están las lesiones de la columna vertebral y tienen un impacto significativo en la calidad de vida de quienes tienen esta enfermedad. Existen en la actualidad algunos estudios que nos arrojan data importante sobre el daño en columna de los pacientes con Parkinson:

De acuerdo a un estudio realizado por Baba et al. (2005), en el que examinaron las imágenes de resonancia magnética del cerebro y médula espinal de pacientes con Parkinson, el 45% presentaron lesiones en la médula espinal, es decir, cerca de la mitad de los pacientes examinados presentaron lesiones de la columna.

Otros estudios, como el llevado a cabo por Wakabayashi et al. (2006), encontraron en las autopsias practicadas a pacientes con Parkinson, cuerpos de Lewy en la médula espinal. Los cuerpos de Lewy son aglomeraciones o depósitos anormales de proteínas que se forman en el cerebro o médula, causando la muerte de las neuronas y de esta manera provocando la degeneración de las funciones del sistema nervioso.

En un tercer estudio, llevado a cabo por Lee et al. en el 2017, encontraron que la atrofia de la médula espinal está asociada con el deterioro de la marcha, que se suele ser característica en los pacientes con Parkinson.

Existe una variedad de síntomas provocados por las lesiones de columna que presentan los pacientes con Parkinson. Estos incluyen: dolor de espalda, trastornos sensoriales y disfunción de la vejiga. Incluso existe un estudio realizado por Barichella et al. (2010), que encontró una asociación entre las lesiones de la médula espinal y los trastornos del sueño en pacientes con Parkinson.

Hay ciertas características principales que se presentan en los pacientes con esta afección, que si analizamos, en realidad constituyen un verdadero caldo de cultivo para generar problemas en la columna vertebral. Estas características son: rigidez del cuerpo, debilidad muscular y un mayor grado de osteoporosis.

En mayor detalle, podemos explicar, por ejemplo, que la musculatura de la espalda ayuda a sostener a la columna vertebral en su lugar, por lo que si existe una debilidad de la misma, esto provoca que la persona tienda a irse hacia delante.

Por su parte la osteoporosis provoca daños a la calidad de los huesos, haciéndolos más débiles y susceptibles de fracturas u otras lesiones. De igual manera, si fuera necesaria una cirugía de columna, trabajar con huesos debilitados por la osteoporosis dificulta la realización del procedimiento quirúrgico.

Finalmente, debido a la rigidez del cuerpo, existe una pérdida de los mecanismos naturales de compensación que nos permiten para mantener el eje vertebral equilibrado. Por ello, la enfermedad de Parkinson suele provocar cambios tanto en la alineación sagital (de frente), como en la alineación coronal (de lado), de la columna vertebral. Para funcionar de manera adecuada, se requiere que la espalda mantenga una postura equilibrada en la que el peso de la cabeza finalmente recaiga sobre la pelvis. Cuando eso no sucede, con el paso del tiempo, esto causará problemas en la columna vertebral.

Hoy en día, muchos de estos problemas se pueden resolver mediante cirugía con la Neurocirugía de Avanzada y mínimamente invasiva, siempre y cuando sean diagnosticados con oportunidad, en el caso de personas con Parkinson. Así, por ejemplo, se podría inclusive ayudar a mantener una correcta alineación vertebral con la instrumentalización de la columna con tornillos transpediculares, colocados por neuronavegación. Sin embargo, si la enfermedad está en un estado muy avanzado y el paciente presenta, por ejemplo un problema de osteoporosis, esto complicaría el desarrollo y pronóstico favorables de cualquier cirugía de los huesos de la columna.

Lamentablemente, muchas personas reciben el diagnóstico pasados los 60 años, lo cual va complicando el cuadro y las posibilidades de tratamiento, que tiene por objetivo que estos pacientes tengan una calidad de vida digna. Por eso es importante prestar atención a las señales iniciales de la enfermedad y ante cualquier duda, acudir oportunamente al especialista.

Señales iniciales de Parkinson a tener en cuenta

Las señales que deberíamos tener presentes según Mayo Clinic, son las siguientes:

  • Temblores 
  •  Movimientos lentos (bradicinesia) 
  •  Rigidez muscular
  • Deterioro de la postura y el equilibrio 
  •  Pérdida de los movimientos automáticos
  •  Cambios en el habla 
  •  Cambios en la escritura 

Los síntomas suelen aparecer lentamente. Puede iniciar con un temblor que es apenas perceptible en una sola mano. Si bien los temblores suelen ser comunes, como hemos visto, esta patología puede causar también rigidez o una disminución del movimiento.

Al inicio de la enfermedad, el rostro puede presentar una expresión leve o nula. También puede suceder que los brazos no se balanceen al caminar. Es posible que el habla pueda volverse suave o incomprensible. Sin embargo, lo que hay que tener en claro, es que los síntomas se agravarán conforme la enfermedad avance.

No existe cura para esta enfermedad, pero sí tratamientos enfocados en hacer más lento su avance y sobre todo mejorar notablemente los síntomas. Inclusive en la actualidad, se cuenta con nuevas técnicas de cirugía y procedimientos quirúrgicos para regular determinadas zonas del cerebro y mejorar los síntomas. Hablamos ampliamente sobre las soluciones neuroquirúrgicas para el Parkinson en nuestro próximo libro “Neurocirugía para pacientes” que estará disponible muy pronto.

Famosos que sufren de Parkinson

Estos son algunos de los famosos que sufren de Parkinson:

Michael J. Fox, famoso por protagonizar la saga “Volver al Futuro” recibió el diganóstico e Parkinson hace más de 30 años y desde entonces ha probado distintos tratamientos para retrasar y disminuir los síntomas. Ha declarado sentirse optimista con los avances y últimas investigaciones y ayuda a muchas personas con esta dolencia a través de su fundación.

Helen Mirren, artista británica ganadora de un Oscar por “The Queen” reveló que padece de esta enfermedad. Desde entonces, se ha involucrado activamente en distintas asociaciones para combatir este trastorno.

El reconocido actor, Robin Williams, luchó contra esta enfermedad durante varios años, según reveló su esposa después de que el actor falleciera en el 2014.

¿Sabías esto sobre el Parkinson? ¿Qué más quisieras saber sobre la la neurocirugía de avanzada? Escríbenos en comentarios o a través de nuestras redes sociales.

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Créditos

Redacción: María José Lasso – Periodista.

Dirección: Dr. Juan Francisco Lasso – Neurocirujano.

Artes visuales: REACT – Estudio creativo ( Ver más AQUÍ).

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